¿Sabes cuál es el verdadero drama del final del verano? No es la vuelta a la oficina, ni el tráfico, ni los correos acumulados… es la chancla perdida. Esa que misteriosamente se esconde debajo de la cama o que se quedó olvidada en un chiringuito. Sí, esa chancla es el símbolo de algo más grande: la resistencia al final del verano.

Y como en catxonline.com sabemos que la vida es más divertida cuando trabajas menos y disfrutas más, hoy te traigo un manual para alargar el verano sin moverte del sofá. Porque septiembre puede ser el mes de la productividad frenética… o puede ser tu mejor excusa para seguir en modo siesta.
1. La vuelta a la rutina sin perder el alma (ni la chancla)
Septiembre llega cargado de frases motivacionales:
- “Es el momento de nuevos comienzos”.
- “A tope con la rutina”.
- “Pon el despertador una hora antes y sé más productivo”.
¿En serio? Aquí preferimos otra filosofía: la del placer de no trabajar. No se trata de huir de las responsabilidades, sino de no dejar que la rutina te arrastre como una ola gigante.
Truco de supervivencia: en lugar de comprarte una agenda para apuntar 25 objetivos imposibles, apunta solo 3 cosas que quieras hacer en el día. Y si una de ellas es “tomar café mirando por la ventana”… ya tienes éxito asegurado.
2. Cómo traer el espíritu playero a tu salón
La playa ya quedó a kilómetros de distancia, pero tu salón puede convertirse en tu nuevo chiringuito privado. Aquí van algunas ideas low cost y muy efectivas:
- Gazpacho en tupper: porque si comías ensalada de pasta bajo una sombrilla, ¿por qué no hacerlo en tu salón?
- Playlist de olas y gaviotas: Spotify está lleno de ellas. Solo falta cerrar los ojos y… ¡zas! otra vez en la tumbona.
- Zoom con fondo de chiringuito: que tus compañeros piensen que sigues de vacaciones (aunque estés en pijama).
- Siesta estratégica: entre reunión y reunión, cierra la cámara y abre el modo avión.
3. La filosofía de la chancla perdida
Perder una chancla no es una tragedia, es un recordatorio: no necesitas andar parejo para seguir caminando. Lo mismo pasa en septiembre: no tienes que volver con toda la energía, basta con conservar un poquito del flow veraniego.
Cada vez que te agobie la rutina, piensa: “¿qué haría yo en agosto?”
- ¿Reunión de 2 horas? → Hazla de pie y descalzo.
- ¿Mails infinitos? → Contesta tres, y los demás que esperen.
- ¿Estrés del tráfico? → Pon música ochentera y canta como si fuera karaoke.
4. Septiembre: el mes del rebelde tranquilo
Mientras todos corren, tú puedes reivindicar el arte de no hacer nada. Eso sí, con estilo:
- Una cerveza al sol de las 7 de la tarde.
- Un paseo lento mientras los demás miran el reloj.
- Decir “no” a una reunión que claramente podría haber sido un email.
Porque ser productivo no es trabajar más, sino disfrutar mejor. Y esa es la verdadera lección del síndrome de la chancla perdida: cuando uno de tus pies está en modo verano, todo septiembre se vuelve más llevadero.
5. Manual exprés para alargar tu verano desde el sofá
- Mantén tus chanclas a mano: nunca sabes cuándo las vas a necesitar.
- Hazte un rincón chill en casa (una manta, una planta y un buen libro. El mio bastan).
- Permítete microvacaciones mentales todos los días.
- No esperes a 2026 para volver a sentirte libre: empieza ahora.
Reflexión final
El verano no se mide en días de calendario, sino en actitud. Puedes alargarlo tanto como quieras, incluso desde tu sofá. Solo necesitas una chancla, un poco de imaginación y muchas ganas de reírte del mundo laboral que siempre tiene prisa.

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